… y nada solo en el mar en que nadaba antes del tiempo.
CUANDO NO ESTOY
Cuando no estoy, estás tú
y cuando estás, amanece
ése yo sin figura,
que, dormido, más que nombre
y deseo o poder o residencia
es río, manantial, ola y abrazo
de este pasar en busca de su Ser
que es tu presencia.
Me miro en ti, cuando camino
sin camino, como un niño
que acaba de nacer y nada solo
en el mar en que nadaba
antes del tiempo.
Te vuelvo a ver mirándote en el lago
detrás de la violeta y en el trino
de un jilguero que canta para nadie.
Soy un pedazo de ti en este mundo
y un ciego cegado de dulzura
que despierta si muere cada día.
Soy el fuego de un beso que tú diste
en tránsito a su hoguera, y una gota
de un agua que no cesa de brotar
y solo descansa si se olvida
de sí misma por refrescar la tierra.
Cuando no estoy, estás tú
y al tu venir,
me llamas “siempre”.
Pedro Miguel Lamet