Siempre hace buen tiempo

La lluvia, retiro de la naturaleza

Lluvia  frente a la iglesia ‘Wieskirche’ b en Steingaden, (Alemania)

La lluvia lava el paisaje y lo difumina como pintándolo a carboncillo, y detrás de los cristales vaga nuestra melancolía en busca del sol perdido.

La lluvia es  el beso de Dios que fecunda la vida y hace florecer un futuro de primavera.  Invita al recogimiento.

Es  el silencio mojado de las cosas, el retiro que se impone a sí misma la naturaleza para gozar más del estallido de los colores. Un periodo más del ciclo que nos conduce de dentro a fuera, de fuera a dentro.              En los días de lluvia podemos escuchar la música del cielo acariciar la tierra o ‟cantar bajo la lluvia», sabiéndonos parte del mismo himno de amor.

También aprendemos a añorar el sol.

En los días de lluvia el mundo parece un jardín de monasterio y el corazón un huérfano solitario que sueña con la alegría. Esos días es como si el mundo entornara sus ojos para ver mejor entre la emoción de las lágrimas.

 

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