“Te quisiera abrazar”, dijo aquel árbol,
mirándome a los ojos.
“Soy tu estar cuando huyes
tu penumbra de amor, cuando al pasar,
te quedas.
He aprendido del viento
a luchar por mi esencia
y a afincar mis raíces
más allá de lo oculto
en la entraña escondida
de la palabra Tierra.
Cuando duermes, vigilo.
Cuando despierto miras la esbeltez
de mis ramas,
tu alma me dibuja a versos lo infinito.
Sombra soy, si tu quieres, o sol,
si lo deseas,
by