No lo puedo comprender. Quizás por eso, cuando vuelvo al mar me quedo extasiado, con un pálpito más allá de la razón. Me pasa como con Dios: lo sé, me aletea dentro, lo percibo de otro modo, con una mezcla de intuición y recogimiento. Pero tampoco lo entiendo con estas pobres entendederas, el pensamiento lógico-matemático con que nos movemos diariamente por la vida.
¿Qué sentimientos, impresiones o intuiciones me trae el mirar al mar?
PLENITUD Y MOVIMIENTO: En primer lugar, no es abarcable para la mirada. Por tanto, me supera, rompe mis coordenadas de captación y al mismo tiempo está continuamente moviéndose y cambiando de color, como la vida misma, que no sé dónde empieza y donde termina, pero que intuyo como algo con un fondo infinito, que permaneces más allá del movimiento de las olas. Es decir, que pasa y queda.
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