Siempre hace buen tiempo

El desconocido testamento de Martín Vigil

A raíz de la publicación de mi artículo en elmundo.es sobre la silenciosa y casi desconocida muerte del  otrora exitoso novelista José Luis Martín Vigil, recibo el sobrio y emocionante texto de su testamento que me envía un amigo gallego y debería conocer todo el mundo. En él confiesa abiertamente su fe, su amor a la Compañía de Jesús,  ignora su obra literaria y se despide con una enorme sencillez.

Creo que sus lectores merecen saborear estas sencillas y hondas palabras publicadas en octubre pasado  en el boletín “Bellavista” de los antiguos alumnos de los jesuitas de Vigo,  colegio donde Martín Vigil fue educador y vivió las experiencias que refleja en su  famosa novela “La vida sale al encuentro”.

 

“Bueno, al fin muero cristiano como empecé. Creo en Dios. Amo a Dios. Espero en Dios. No perseveré en la Compañía de Jesús, pero jamás dejé de amarla y estarle agradecido. No conozco el odio, no necesito perdonar a nadie. Pero sí que me perdonen cuanto se sientan acreedores míos con razón, que serán más de los que están en mi memoria. Amé al prójimo. No tanto como a mí mismo, aunque intenté acercarme muchas veces. No haré un discurso sobre mi paso por la vida. Cuanto hay que saber de mí lo sabe Dios. En cuanto a mis restos, sólo deseo la cremación y consiguiente devolución de las cenizas a la tierra, en la forma más simple, sencilla y menos molesta y onerosa. Pasad pues de flores, esquelas, recordatorios y similares. Todo eso es humo: Sólo deseo oraciones. De este mundo sólo me llevo lo que me traje, mi alma. Consignado todo lo cual, agradecido a todos, deseo causar las mínimas molestias. Dios os lo pague”.

Huelga todo comentario, pues este testamento es como el broche de oro que cierra el círculo de su vida y reconcilian y unifican para siempre las figuras del escritor y el hombre.

***  *** ***

Hace un año que falleció el famoso escritor sacerdote José Luis Martín Vigil, sin que nadie se enterara, sin que los periódicos le dedicaran siquiera una necrológica. elmundo.es  me pidió un artículo que apareció ayer y que reproduzco a continuación. Creo que el anterior testamento  explica mucho el silencio que rodeó a su muerte.

LITERATURA | Tras 17 años de silencio

José Luis Martín Vigil, de novelista para adolescentes a ‘cura maldito’

[foto de la noticia]
  • EL MUNDO relata hoy el final del que fuera el escritor más popular de España

Pedro Miguel Lamet | Madrid

Actualizado martes 10/01/2012 07:43 horas

Como tantos otros, no me había enterado de la muerte de José Luis Martín Vigil, aunque sabía que estaba muy enfermo. La última vez que lo vi fue hace muchos años en el plató de un programa masivo de Telemadrid. Iba acompañado de un muchacho y me saludó con afecto: “Nunca olvidaré mis años en la Compañía de Jesús. Su formación es algo que marca. Admiro a San Ignacio”, me confió con una sonrisa. Luego supe que tenía una casa en el barrio Salamanca y me llegaron algunas noticias brumosas relacionadas con la policía y algunos de sus muchachos, aquella obsesión que le había provocado dejar sucesivamente a los jesuitas y después, el sacerdocio.

Creo que sus últimos años, por lo que he podido informarme de amigos comunes fueron amargos. No sólo por el deterioro físico, sino por la soledad y la desembocadura de una vida trágica. Pero José Luis tuvo sus días de gloria. He visto colas de admiradores dando vuelta a las manzana por obtener una firma de sus obras, traducidas a varias lenguas. Sobre todo a raíz de su primera novela, ‘La vida sale al encuentro’, experiencia de sus años como educador en el colegio de Vigo, que se convirtió en un auténtico ‘best seller’, que ha llegado a reeditarse hasta el 2006, en una última versión revisada por el autor mismo.

Los adolescentes del franquismo leíamos otras novelitas aleccionadoras de la colección Eccélicer, como ‘Corazón de Cristal’ del padre Sobrino y otra que quiero recordar que se titulaba ‘El salto del torrente’, donde los protagonistas eran “escolares bien”, muchas veces “príncipes del colegio” que sentían la vocación y lo dejaban todo por grandes ideales. Para aquellos tiempos ‘La vida sale al encuentro’ fue un paso adelante en la literatura juvenil, una cita con una narrativa más moderna y comprometida, que se caracterizaba por el manejo eficaz de las situaciones y los sentimientos. En sus páginas aparecían personajes de carne y hueso, aunque siempre, claro está, con la filtración obvia de una censura ambiental franquista que impedía todo desmelenamiento.

Las amargas situaciones por las que discurrió la vida del ex sacerdote, al que acabaron por prohibirle confesar, luego predicar -llenaba la Iglesia de Salamanca- y definitivamente le condujeron a secularizarse, se percibe en su ulterior saga de novelas sociales sobre situaciones conflictivas como ‘Una chabola en Bilbao’ o ‘Los curas comunistas’ que escandalizaban en la España timorata de aquellos años.

En una conversación televisiva con Jesús Torbado afirmó: “Cuando me encasillaron, o me encasillé, en escribir para jóvenes, muchos críticos, sin leerme, piensan que hago un subgénero; eso les ahorra el trabajo de leerme. Yo soy sustancialmente un narrador de historias. Lo que yo quiero llevar a la gente es una historia, el estudio de un problema. El estilo y la técnica que emplee serán para mí, siempre, subsidiarios. Serán aquellos que mejor ayuden al lector a comprender esa historia, a sentir ese problema, a sufrir y a gozar con mis personajes”.

¿Hay algo más digno que ser una narrador de historias, cuando sobre todo estas atrapan eficazmente y nos conducen a bucear en verdades del ser humano? No digo que Martín Vigil sea un escritor genial, para sesudos comentarios de texto en clases de literatura. Pero no es ciertamente inferior a un Luis Coloma o Fernán Caballero y otros escritores aleccionadores del XIX, que sí aparecen en los libros de texto. Sus obras se leyeron en su momento con pasión. ¿No merece su autor al menos el elogio de una gacetilla o una necrológica periodística?

Cura más homosexual era una suma explosiva en aquellos años. ¿Fue pederasta? Lo ignoro. Las últimas veces que lo vi iba con jóvenes bien crecidos. En todo caso, en estos días de salidas del armario, nadie condena a Lord Byron, Lorca, Gide o Proust por su orientación homosexual. Más bien todo lo contrario ¿Por qué se quiere enterrar la memoria de Martín Vigil o alinearlo de forma simplista con la literatura de buenos sentimientos de los años cincuenta? Hay lectores que lloraron con ‘La vida sale al encuentro’ cuando el hermanito pequeño del personaje principal, en una clara relación de homosexualidad reprimida, muere apretando con la mano una medalla de la Virgen mientras el protagonista explicitaba sus deseos de ser sacerdote. Era más revolucionario de lo que parecía.

Cuentan que al final se paseaba por internet y chateaba con los amigos. A uno de ellos le escribió: “Sigo como la víspera. Esto también puede ir para largo. Nadie lo sabe. Yo me preparo para lo que venga. En esto de la muerte, como en todo, Dios es mi padre y tiene mano en el asunto. Marito, un día irás a Dios como verás que intento hacerlo yo y te estaré esperando, si llego al cielo antes que tú”. Descanse el hombre, desde la fe que en el fondo nunca perdió, y viva en sus obras este considerable, eficaz y muy leído novelista.

 


Pedro Miguel Lamet es jesuita y escritor. En 2011 publicó ‘El último jesuita: La dramática persecuión contra la Compañía de Jesús en tiempos de Carlos III’ en La Esfera de los Libros.

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45 thoughts on “El desconocido testamento de Martín Vigil”

  1. Bueno. Me ha encantado el testamento de Martín Vigil pero cómo explicarme, con 44 años yo he sido de la generación que con 13 años he llorado con «La vida sale al encuentro» «Un sexo llamado débil» y casi todas sus novelas. Lo curioso es que era un ídolo para mí y hoy se ha venido abajo. No me pareció en ninguna de algunas novelas un cura revolucionario, es más, veía muchos escrúpulos en sus personajes todos de carácter sexual que me traspasó a través de sus libros y me hizo ser más mojigata, asustadiza y horrorizada con el tema del sexo, esperando al «pijo ideal educado religioso perfecto» que, claro, no existía, ni existió en un futuro. No sabía que era homosexual. Ni que se cernía sobre él la sombra de la pedofilia. ¡Pero si creía que era un Escrivá de Balaguer de los Jesuítas! No es bueno admirar a nadie ni idolatrarlo, porque en el fondo yo recibí formación espiritual de sus libros. Nunca más. No tendré ningún Maestro más que Jesús porque, en definitiva, todos somos humanos. Con todo y con eso, que descanse en paz su alma.

    1. Lo que yo sí se, es que Martin Vigil tuvo sus veleidades con uno de mis hermanos que entonces era adolescente. Hablo de los años 60. Mi hermano murió muy joven,exactamente el 12 de febrero de 1997, a los 45 años.
      A la jerarquia católica siempre le ha obsesionado la sexualidad, poniendo el acento, acusando y CENSURANDONOS a los demás por controlar la natalidad, disfrutar de la sexualidad, hablar en libertad sobre ella… etc. ¿por que será? y para más inri, la jerarquía católica ha tenido la desverguenza de OCULTAR los abusos, más bien los DELITOS de PEDERASTIA, cometidos durante años por miles de curas a cientos de niños. Que terrible!
      Admiro y respeto profundamente al Padre Arrupe, para mí es un ejemplo de vida que me llena de bondad y de esperanza.Sin embargo, la jerarquía no le tiene en su agenda para subirlo a los altares, tampoco Juan XXIII

  2. Querida Rocío:
    Me parece muy lúcido tu comentario. En la historia ha habido grandes escritores y artistas que en su vida privada eran un desastre: alcohólicos, mujeriegos, suicidas, etc. JRJ es posiblemente el mejor poeta moderno español. Personalmente, que se lo digan a Zenobia, era inaguantable.
    Sin duda el primero que sufrió por sus tendencias fue el propio Martín Vigil. ¿Qué Martín Vigil es mejor?¿El puro e idealizado que brota de sus novelas o el real, que después de una vida tan difícil, muere con esta sencillez y desnudamiento, confesando su amor a Dios y regresando al punto de partida de su fe? Es un redescubrimiento hermoso que le dignifica e incluso, para mí, revaloriza su obra. Gracias por tu post.

  3. Ay, Pedro Miguel, una vez más me convences, una vez más gana el AMOR (y encima si me recuerdas a Juan Ramón que, sí, vaya tela). Vale, me quedo con el que sufrió con sus problemas y terminó su vida en espera, confianza y amor a Dios. Iba a añadir un pero (porque mi ego sigue dañado… ) ya no, también yo tengo mis miserias y son esas las que quiero que Dios a la hora de mi muerte ponga su Amor en ellas. Gracias, Pedro Miguel, por hacerme ver que la Misericordia es lo más importante.

    1. Yo leí a Martin Vigil y hasta hoy en el programa de salvados ,no sabía que era un abusador ,yo en la vida privada de uno que cada uno sea lo que desee ,eso si con el consentimiento de que te acompaña en esos momentos y menos con menores ,que aprovechando su alzacuellos y el poder que les otorga ,hacen abusos y eso jamas lo disculpare

  4. El motivo de mi escrito, es comentarte sobre Jose L.Martin Vigil, ahora que hace casi un año de su muerte he entrado en internet para cotillear un poco y he visto tu comentario en prensa. No lo digo por ti, pero muchas veces me he preguntado si la sociedad ha sido realmente justa con él. A pesar de los comentarios varios que he
    leido sobre su decadencia final, te puedo asegurar que unos cinco o seis meses antes de su muerte, que es cuando yo le vi personalmente, a parte de su decadencia física que era real y pregresiva, su mente se encontraba en perfecto estado, en los ultimos años escribió dos nuevos libros, que yo tengo en mi poder, y que seguramente nunca serán
    publicados.

    Trataba de vivir en paz con el «jefe» como el decía, seguia amando la Compañía de Jesus, nunca le oí nada negativo.

    Yo le conocía desde los 16 o 17 años, no se realmente si era o no homosexual, conozco todos los comentarios sobre su personas y sus hechos, pero no me importa, yo solo lo valoro como ser humano y como se portó conmigo.En una de mis primeras cartas al describirme fisicamente por una foto que le envié, me dejo mosqueado y se lo dije.
    Me respondió que era libre de seguir escribiendole o no, que en tanto en cuanto su amistad pudiera valerme de algo que el estaría siempre allí, pero que era mi decisión. Yo mantuve la amistad hasta su muerte y puedo asegurarte que ni por carta, ni en persona, en todos estos años, jamás me tiró los tejos ni hizo insinuación al respecto.

    Yo solo tengo que agradecerle que gracias a sus libros me eduqué en una serie de valores muy importantes para mi vida, y el que haya compartido conmigo muchos de sus recuerdos.

    He leido su testamento que publicas y efectivamente me parece un buen colofon para su vida, los últimos años de su vida los pasó diciendo que estaba aqui de regalo, esperando que el «Jefe» viniera a buscarlo

    1. Para mí fue un educador y gran maestro por medio de sus libros. Me enseñó a ser mejor persona. Siempre le estaré agradecida.

  5. Hola Rocio, ahora me dirijo a ti, me han gustado tus comentarios y tus conclusiones, efectivamente no hay que idolatrar nunca a nadie,
    muchas veces nos creemos a pies juntillas lo que la gente dice sin saber realmente, si lo que dicen es verdad. Te pongo un ejemplo, todo el mundo alaba a Gandhi como el no va mas del pacifismo y la espiri-tualidad, si lees «En el corazon de las tinieblas» de Josef Conrad
    descibriras que en la época de joven era un ser machista, déspota y algunas cosas mas. Para mi además de Jesús, como tu dices, son de admirar personas como Martin Luther King, personas que han dado su vida por los demás.

  6. He sentido su muerte…tengo que decir que la lectura de su novela «Una chabola en Bilbao» puso «imáges e historia concreta», de lo que me gustaría vivir. Luego comentándolo con un cura me recomendó leer «En el corazón de las Masas» de R. Voillaume (fundador de los Hermanos de Jesús del P. Foucauld), quien me ayudó a dar hondura evangélica a estas intuiciones, imágenes, sentimientos. Hoy, Hermano de Jesús madurito, reconozco con agradecimiento que la novela de Martin Vigil está un poco en el origen de mi vocación
    Y claro que lloré con «La vida sale al encuentro»

    1. Hace muchos años que soy ateo; recuerdo un Martín Vigil con una mezcla de mojigatería y progresismo… pero siempre recordaré el final de «una chabola en Bilbao», en que el médico, pijo bienechor martinvigiliano pero ateo, ve que el compromiso no puede sinó pasar por irse a vivir como un chabolista más, si no recuerdo mal, con el cura obrero que ya ha pasado antes por idéntica transformación.

  7. Debió sufrir mucho Martin Vigil.
    Ahora sí que vive en Paz.
    Jesús habra ido a por él.Estaría esperandolo en la otra orilla,y seguro que le recordó que El habia venido al mundo justo por gente como él,por los que sufren,los rechazados,los raros,los excluidos.

    Recuerdo haber leido La vida sale al encuentro de un tirón, en sexto de bachillerato cuando estaba en el Instituto Ntra.Sra del Rosario, recomendado por el profesor de Literatura,(por lo que debía de ser un libro y un autor recomendables, a pesar de sus circunstancias y en una época tan represiva) y me entusiasmó.
    Su testamento es edificante.
    Si no le han puesto ni una reseña en ningùn periódico,poco le importa ahora,que vive en Paz.

  8. Saludos desde Chile, he leido a Jose Luis Martín Vigil y me gusto mucho, lamentablemente no he encontrado sus libros en chile, estaría muy agradecido si alguien me puede enviar «secuestro de estado» y «la vida sale al encuentro» en algún formato digital.

    Gracias
    pablo.herrera.m@gmail.com

  9. Tengo 60 años cuando ‘leí la vida sale al encuentro tenia13 me lo regalo mi madre que era una gran lectora,todavía lo sigi releyendo,siempre voy a recordar a José Luis Martín Vigil como un buen hombre y un buen escritor para jóvenes espero que desde donde este sienta que le seguimos recordando

  10. Durante mucho tiempo me emocione con sus novelas,las cuales estaban llenas de sabiduria,bastante adelntado para sus tiempos,creo que fueron un marcador para toda una generacion de jovenes
    tube la ocasion de verlo en persona ,y comentar con el dos de sus obras,sentencia para un menor,y ahora que señor fiscal
    asi pude enterarme que el papelito que llebaba no lo utilizo,y que trabajaba de informatico en barcelona
    era un tipo majo y carismatico,maravilloso escritor,sensible y empatico
    el resto no importa,era humano
    porque a michael jacson nadie le discute que era un genio ,y se le sigue rindiendo culto?
    creo que martin vigil se gano un puesto en la literatura asi como en nuestros corazones

  11. De José Luis Martín Vigil solamente leí «Cierto Olor a Podrido» y desde el principio me pareció evidente el enorme atractivo sexual que el personaje Carlos ejercía sobre el propio autor. La escena del adolescente bañándose desnudo en las cristalinas aguas del río adyacente al monasterio donde dicho personaje se hallaba recluido me pareció extremadamente erótica. Soy homosexual con cierta tendencia hacia la pedofilia (me gustan los adolescentes de entre 15 y 19 años) y, que no me cuenten: reconozco a mis pares cuando éstos escriben.

  12. Conocí por los años 60 a José Luís Martín Vigil,después de leer La Vida sale al Encuentro y le escribí una carta a la calle Uría, en Oviedo. Mantuvimos una correspondencia escrita durante varios años. Lo conocí personalmente en Sevilla; años después, en una firma de libros. Y más adelante estuve en su casa de la calle Velazquez 75 en Madrid, varias veces. Hablamos muchísimo…Sobre sus años de cura.. del mar de Aguilas,,de su afición a la fotografía … de su máquina Hasselblad… Aún conservo muchas fotografías…Siempre fue muy correcto conmigo,amable..buen amigo.
    Siempre recordaré la ilusión que tenía cuando de adolescente, esperaba sus cartas. ¡Que le vaya bien!…Un abrazo. Jmss. Cádiz

  13. Soy un paisano mayor, de 77 años, y Martín Vigil influyó muy positivamente en mi vida. De joven me estremeció con su La Vida Sale Al Encuentro… Luego, esta y todas sus obras fueron leídas por mis tres hijos…
    Martín Vigil influyó, siempre para bien, en varias generaciones de españoles.Ahora se le olvida… El tiempo le hará justicia.
    Aquí, en mi biblioteca, están todas sus obras.
    Hoy mismo estoy releyendo su Los Días Contados…
    Martín Vigil vive.
    Antonio Castejón.

  14. Yo tambien lo conocí, en Águilas precisamente. He leído muchos de sus libros. Le estoy agradecida, con él descubrí la lectura y con sus libros la amé y la sigo amando. Tuve mucho trato con él, toda mi familia lo tuvo. Es triste esta falta de reconocimiento a su obra, más allá de su sexualidad, él era una buena persona, un innovador para esa época nefasta que le toco. Siempre no recordaré, en el barco, en Madrid, en muchos sitios. Soy mujer, y su trato hacia mi siempre fue exquisito. Descanse en paz, se lo merece.

  15. Desde el año 66 en que le escribí por primera vez José Luis MV se convirtió en mi confidente, consejero.. amigo. Jamás una mala palabra,una opinión en contra de nadie, una queja… positivo, alegre, respetuoso, cariñoso, siempre dispuesto a escuchar y comprender.
    Me importó poco su condición sexual. Para mi siempre será esa PERSONA que supo ser apoyo y que supo potenciar mis cualidades ( si es que las tengo..).
    Que allá donde esté reciba mi cariñoso abrazo y el recuerdo que nunca se borrará.

  16. Desde el año 66 en que le escribí por primera vez José Luis MV se convirtió en mi confidente, consejero.. amigo. Jamás una mala palabra,una opinión en contra de nadie, una queja… positivo, alegre, respetuoso, cariñoso, siempre dispuesto a escuchar y comprender.
    Me importó poco su condición sexual. Para mi siempre será esa PERSONA que supo ser apoyo y que supo potenciar mis cualidades ( si es que las tengo..).
    Que allá donde esté reciba mi cariñoso abrazo y el recuerdo que nunca se borrará.

  17. Desde el año 66 en que le escribí por primera vez José Luis MV se convirtió en mi confidente, consejero.. amigo. Jamás una mala palabra,una opinión en contra de nadie, una queja… positivo, alegre, respetuoso, cariñoso, siempre dispuesto a escuchar y comprender.
    Me importó poco su condición sexual. Para mi siempre será esa PERSONA que supo ser apoyo y que supo potenciar mis cualidades ( si es que las tengo..).
    Que allá donde esté reciba mi cariñoso abrazo y el recuerdo que nunca se borrará.

  18. Soy francés. Conocí a José Luis, a principios de los años 70, cuando estudiaba el castellano en la Universidad de Montpellier, en el sur de Francia (para poder hacer oposiciones a une cátedra de instituto, teñia que escribir una tesina y la escribí sobre su obra y sobre él). Nos carteamos casi hasta su muerte, me acogió en su casa muchísimas veces, le acogí varias veces en mi propia casa. Me consideró – lo escribo con mucha humildad – como su hijo espiritual y nunca dudé de que fuera sincero cuando me lo decía y me lo escribía. No me importa saber cuál era su sexualidad… Lo único que puedo decir es que siempre me respetó y me amó como un padre ama a su hijo. Me lo enseñó todo, los valores humanos que defiendo hoy son los valores que me hizo descubrir él : en una palabra, el amor al prójimo. Se lo agradeceré hasta que muera. José Luis, sigo queriéndote y espero volver a encontrarte donde te encuentras hoy… Estoy convencido de ello : al lado de Dios. ¡ Gracias, muchas gracias, muchísimas gracias por cuanto me enseñaste, por cuanto me regalaste ! Nunca conocí a mi padre biológico. Mi padre : fuiste tú. ¡ Desde nuestro primer encuentro ! No escuches a los que te critican, descansa en paz.

      1. ¡ Claro que me acuerdo de tí, muy querida Olga ! La vida nos separó, pero has de saber que sigues muy presente en mi memoria, en mis pensamientos y… en mi corazón. Nos conocimos gracias à José Luis, no sé si volveremos a encontrarnos en este mundo, pero estoy convencido que Losé Luis nos está esperando…

  19. Hoy, de pura casualidad, me he enterado que había muerto y he llegado a esta página después de leer el artículo de Pedro Miguel y su continuación. Yo también leí sus libros con pasión de adolescente y hoy con 55 años su recuerdo me siguen evocando las emociones que sentí en esos días. Alegría, tristeza, pasión, dolor, amor…Todos y cada uno me hacían leer sin parar desde que conseguía que me los compraran o me iba a la biblioteca de mi pueblo a leerlos…el que más me marco, posiblemente, Cierto olor a podrido. Hoy leyendo el comentario de Julián Martínez, veo lo que el describió en esta novela, la maldad no está siempre en los hechos, sino en como los miran determinadas personas.
    Yo también le escribí, pero nunca obtuve respuesta suya, pensaba que era misógino…hoy descubro que no, pensaré que mi carta nunca le llegó, y rezaré por el, aunque no le haga falta pues si hay Dios, seguro que lo tendrá cerquita.

  20. En este enlace:
    http://jjrodriguez-lewis.blogspot.com.es/2010/05/jose-luis-martin-vigil-me-he-acordado.html

    23 de febrero de 2011, 20:18

    Buenas noches a todos:
    Recordando a José Luis Martín Vigil…he accedido a este blog, de forma casual.
    Lamento comunicar a todos que José Luis Martín Vigil, acaba de fallecer: el pasado domingo, día 20 de Febrero, a las 08 h., en Madrid. En Octubre pasado había cumplido 92 años.
    Por expreso deseo suyo, sus restos mortales fueron incinerados anteayer, lunes, a las 12,30 h. en el Tanatorio «La Paz», Alcobendas (Madrid), tras una muy emotiva ceremonia religiosa, de «córpore insepulto», en estricta intimidad. Descanse en paz.
    Para los que tuvimos el privilegio de ser su amigo, en mi caso, durante muchos años, solo reseñar ahora aquí su única petición: orar por él. A ello, me uno con cuantos lean esta breve y triste reseña.
    Su memoria, personalidad e ingente obra, permanece con nosotros.
    ¿Nos volveremos a encontrar, José Luis?.
    Desde «aquí», muy fuertes abrazos,
    Eduardo Mascarell

  21. lunes, 10 de mayo de 2010
    JOSÉ LUIS MARTÍN VIGIL
    Me he acordado últimamente de José Luis Martín Vigil (Oviedo, 1919), un escritor hoy olvidado, pero que, hasta los años ochenta, fue un autor de éxito, prolífico y leído por varias generaciones de jóvenes españoles e hispanoamericanos. Porque también fue un escritor profusamente seguido en México, por ejemplo, donde editó su célebre primera novela La vida sale al encuentro (1955). Como suele ser habitual, heredé mi interés por su producción de mi hermano mayor (lo que no ocurrió, por cierto, con Vázquez Figueroa), pero también de mi tío Manolo, de ideas inconfesables en la época, que guardaba varios ejemplares de su vasta bibliografía, algunos encuadrados en lo que se dio en llamar “novela social” (Tierra brava, Una chabola en Bilbao, Sexta galería, Cierto olor a podrido, Los curas comunistas, Un sexo llamado débil…). Sacerdote de tendencia progresista, y ex jesuita, Martín Vigil marcó el devenir de muchos de nosotros, contribuyendo sutilmente a nuestra formación cuando devorábamos sus novelas sobre jóvenes malditos, la encrucijada de edad tan problemática o el espinoso paso (“la zancada” en términos de Vicente Soto, como recuerda J.C. Planells en su blog) de la niñez a la adolescencia.

    He leído varios de sus libros (aparte de los ya mencionados, La muerte está en el camino, Mi nieto Jaime, La droga es joven, DC-9 Destino Bilbao, El gran Hiram, Réquiem a cinco voces, Secuestro de Estado) y un ensayo, de sus primeros tiempos, Destino: Dios, que he citado con cierta frecuencia en algunas de mis modestas e intrusas incursiones en el terreno religioso. Aún a día de la fecha, se trata del autor al que más a menudo me he acercado, aunque todas las veces lo fueran en mi juventud. Tuve la suerte de conocerlo. Impartía una conferencia en el Instituto Alonso Pérez Díaz, el más antiguo de la isla, en el verano de 1985 -creo recordar-. Estábamos en la Universidad (la mayor parte de mis amigos y yo mismo), pero habíamos fundado meses antes una ambiciosa, en sus orígenes, asociación juvenil en Santa Cruz de La Palma. Le propusimos que, después de su intervención en el Instituto, fuera a nuestro humilde y desmantelado local, en la vecina calle San Telmo, para una charla ligera, acaso informal. No hubo necesidad de convencerlo. Insistió en las drogas como la mayor amenaza para los jóvenes. Luego mantuve una breve relación epistolar con él (aún conservo algunas cartas), porque no tenía inconveniente en “perder” su tiempo en las dudas e interrogantes de un pibe de apenas 18 años.

    El ilustre escritor está ya por los 91 años. Me alegra que aún esté entre nosotros. Dicen (hace al menos pocos años) que pasa su tiempo navegando por Internet, como muchas otras personas mayores. Yo, pese a los años pasados y un contexto sociológico distinto, lo sigo recomendando entre los jóvenes, aunque sus novelas interesan y enganchan también a los más talluditos. Un abrazo.

    *José Luis Martín Vigil moriría el 20 de febrero de 2011

    Nota: El original del testamento que se cita, obra en mi poder por deseo expreso de José Luis Martín Vigil. Y yo lo difundí. En primer y especial lugar, la capilla donde se ofició la misa, privadísima, ante su cadaver. Descanse en paz.

  22. Aclaraciones:
    La totalidad del texto fechado el 10 de Mayo de 2010 y reproducido por mí, ayer día 15.10.2015, 19,16 h., pertenece íntegramente al dueño del blog «El Bisturí», reproducido su enlace en mi comentario anterior de las 19,06 h.

    La Nota que refiere la posesión y publicación, parcial y en primicia, de su testamento espiritual, sí es mía.

    Mis sinceras disculpas por la confusión a que pueda haber inducido. Gracias.

    E. Mascarell

  23. Hoy he releído «La vida sale al encuentro», a mis 40 años. Ya lo leí con 13, recomendado por mi profesora de lengua del colegio de monjas en el que estudié. He disfrutado muchísimo con la frescura de su forma de escribir, su lenguaje vivo. El apasionado adolescente lleno de valores que hoy en día ya quedaron trasnochados. Volví a emocionarme no sólo con todo lo que le acontecía a Nacho sino también con muchas cosas que hemos perdido por el camino… Como la amistad, la familia, la bondad, el compromiso, la valentía, el respeto, la fortaleza, la nobleza de los sentimientos y el amor al prójimo.
    No voy a juzgar a José Luís Martín Vigil como persona. Como escritor, sí que me gustaría dar mi opinión y debo confesar que su forma de escribir y sobretodo, transmitir, me parece prodigiosa. Una lástima que no se le siga reconociendo su valor en la actualidad… Agradezco todo lo que despertó en mí de joven y ahora. Agradezco su arte. D.E.P.

  24. He leido todos vuestros comentarios, acerca de Martin Vigil y me siento un poco huerfano al conocer su fallecimiento.
    La novela que me gustó e incluso hasta tuve cierta identidad ha sido Cierto olor a podrido, aconsejaria a los adolescentes que la leyeran aun cuando son otros tiempos pero queda la sustancia.

  25. Hola,
    He llegado por causalidad a esta página y desearía aclarar un par de puntos.
    Me carteé con ese señor cuando yo era adolescente y tenía 15-16 años (ahora ya paso de los 60) Me cité con él en Barcelona en un Hotel que ahora ya no existe, junto al cine Diagonal, donde se alojaba. Me besuqueó, intento violarme y me avisó de que no contase nada a mis padres. Hice lo contrario y depositamos denuncia en la parroquia de la Concepción, calle Aragón. Pero no ocurrió nada ni recibimos explicaciones de ningún tipo.
    Lo que pongo en su conocimiento para que deje de poner por las nubes a ese individuo y lo sitúe donde merece estar, en las cloacas.

    1. Querido Jose: Era un pecador. Fue expulsado de la Compañía de Jesús, inhabilitado como sacerdote y juzgado civilmente. Tu testimonio lo corrobora. Pero murió cristiano y arrepentido como muestra su testamento. Jesús perdona y enseñó a perdonar como condición para que seamos perdonados. Yo no lo pongo por la nubes, me limito a dar datos y sus reacciones.

      1. Después de una pequeña investigación personal sobre los avatares personales de JL Martin Vigil, les puedo manifestar que están sustanciados policial y judicialmente varios episodios que van en el sentido que escribe “José” . Hurtaré referir ninguno de ellos, no tendría sentido alguno. Pero es cierto, absolutamente cierto lo referido sobre su conducta con menores.
        No obstante, hay que reconocer y se merece que de alguna forma se haga, la brillantez y la maestría que se desprende en todas sus obras. Por otra parte, murió cristianamente, arrepentido de muchas cosas y no tenemos, pese a todo, derecho a denostarlo después de su fallecimiento. Descanse en Paz.

  26. Feliz Navidad,

    Muy interesante estos comentarios, me evocan lejanos años de juventud en que algún titulo del autor citado me hizo cierta impresión (Sexta galería por ejemplo). ¿Existe alguna buena biografía documentada del sr. Martin Vigil?. Su testamento es «sólido» y nos recuerda vivamente lo que otro gran escritor (parece que también homosexual», William Somerset-Maugham hace decir a uno de sus personajes en «Servidumbre humana» sobre que la pintura de El Greco pone de manifiesto que este mundo es únicamente un lugar de paso cuando escribe que: De este mundo sólo me llevo lo que me traje, mi alma.
    Saludos

  27. Por cierto que la posición que adoptó el sr. Martin Vigil en aquellos años de encrucijada de «dialogo» cristiano-marxista se ha revelado errónea al cabo del tiempo. Curiosamente tanto él en su «Los curas comunistas» como Michel de Saint Pierre en «Los nuevos curas» modelan dos personajes que aunque de ideologías opuestas en el fondo son análogos, el padre Quintas que prima la labor social sobre la espiritual y el padre Delace que prima lo contrario.
    Yo, que fui cristiano (por tradición española) y comunista (por convicción) puedo atestiguar que el resultado de aquel tiempo fue que muchos cristianos se convirtieron al comunismo pero ningún comunista se convirtió al cristianismo.
    Y eso que estaba al alcance el testimonio de Yagoda (uno de los jefes de la GPU soviética)que en trance de ser fusilado dijo que había transgredido todos los mandamientos de Dios y sin embargo había servido fielmente a Stalin y que se podia juzgar quien tenia razón por su situación.
    Saludos

  28. Picado por la curiosidad ante los comentarios aquí leídos me he hecho y leído los dos libros de memorias de infancia, adolescencia y juventud de J.L. Martín Vigil – «Los tallos verdes» y «Las flechas de mi haz» – , si hubiera alguno mas de años posteriores agradecería me lo dijesen.
    Pues bien, no salgo de mi asombro porque en esos libros no hay nada que permita imaginarse ni remotamente la trayectoria de madurez del autor según aquí se expone. Sería un cambio tan radical – o un ejercicio de ocultación tan enorme – que parece casi increíble y desde luego yo nunca he visto o leído uno igual.

  29. Para José, Juan A y Pedromi:
    Me producen tristeza y asco sus acusaciones y ¿»refrendos»? hacia la memoria y persona de D. José Luis Martín Vigil.
    Escribe el primero, 45 años después: «Me besuqueó, intento violarme y…». Del segundo y tercer citados, mejor no transcribo nada más. Y sobre el tercero: tengo entendido que es jesuita, es decir, religioso… Ni como seglar aprueba. Me reservo mi opinión en profundidad. Se han definido ustedes solos.

    Interesante: http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=5728

    Conocía a D. José Luis durante más de 40 (cuarenta) años y SIEMPRE fue un SEÑOR y UN CABALLERO ante y con mi esposa, nuestros hijos, yo mismo y otros muchos más. Descanse en Paz, muy lejos de «cierto olor a podrido», nunca mejor repetido. ¿Verdad?.

    Con mi respeto y gratitud por las manifestaciones de los demás.

    E. Mascarell

  30. Dios perdone a Martín Vigil. Sus obras marcaron la adolescencia de muchos Españoles, grandes obras, la verdad. Pero la verdad es que fue un pederasta recalcitrante ( comprobado con diligencias policiales y autos judiciales),por su casa de Serrano 75 pasaron CIENTOS de chicos muy jóvenes. Al final de sus días se arrepintió. Espero que Dios le haya perdonado.

  31. Buenas tardes. Yo conoci bastante a Vigil cuando era un adolescente y su cama de la calle Velazquez 75. El problema no es que fuera homosexual que lo era. Su mayor problema era que se acostaba con menores. Yo entre ellos. Hoy estaría en la carcel sin nunguna duda. Me alegro que que amase a Dios y esas cosas , pero se merece estar en el infierno. También participaba aveces en las relaciones un tripo que es tertuliano y que se llama Antonio, creo recordar que vivía en la calle Orense. Hicierón mucho daño a muchas personas.

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