Siempre hace buen tiempo

La pesca milagrosa

-Con esos precios, Pepe, ya no hay quien compre pescado.
-¿Qué quiere, señora?  Estos son de verdad, no de piscifactoría.
-¿Le pongo salmonetes?  Mire, están vivos.
-Lo del euro, Pepe, es una ruina… Antes con quinientas pesetas una tenía para todo.

La señora sacó sus monedas y se llevó el brillante don de la mar. ¿Qué pagó? ¿La dura noche de brega de los pescadores? ¿Los gastos del armador? ¿El porcentaje de los intermediarios y transportistas? ¿La pequeña diferencia que le queda al pescadero? Todo eso pagó, pero nunca el regalo libre de  la plata escurridiza que nada en las aguas profundas, el misterioso y plurimórfico  secreto de vida que oculta el mar. Y es que, sin darnos cuenta, nos hemos habituado al milagro mejor, el de cada día.

 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmailby feather

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.