“El hechizo del agua detiene los instantes” escribe Luis Cernuda. En cambio la instantánea de esta fotógrafa pretende detener el agua, como mi cámara a su vez encuadra ese deseo. Pero la foto, que cristaliza tal flujo, es solo una ilusión, pues somos ríos que van a dar a la mar que es el morir. Nadie puede parar la vida ni detener el tiempo. Por eso es hermoso contemplar el paso del agua y aprender a fluir con ella, disfrutar del momento y no apegarse a él, sin miedo, confiados que en la desembocadura acabaremos por sumergirnos en Dios. Y, mientras tanto, soñar con ella, como Miguel de Unamuno: “Agua que llevas mis sueños / en tu regazo a la mar /, agua que pasas soñando, / tu pasar es tu quedar”.
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