- No creerás en el dios todopoderoso del mercado salvaje y del consumo sin entrañas.
- No creerás en el dios de la destrucción y la muerte que guía todo ciego fanatismo.
- No te sentirás seguro nunca más por construir torres financieras y soberbios imperios económicos.
- No te sentirás predestinado a nada volando a sangre y fuego, que quien a hierro mata a hierro morirá.
- Descubrirás que el agujero del vacío y hasta el hueco de los escombros está mucho más lleno que la arquitectura del poder sin entrañas.
- Descubrirás que el odio terrorista está cavando más y más la inmensa fosa que hunde y divide a los aterrorizados hombres de este siglo.
- Despertarás al calor de los otros, gracias al dolor que te ha hecho más humano, en medio del frío desolador de rascacielos como témpanos.
- Despertarás de la mentira de un falso paraíso con que envían a la muerte a sus mártires todos los locos fundamentalistas de este mundo.
- Creerás de una vez que en la fragilidad está la auténtica fuerza y que sólo de los pobres es el reino de los cielos.
- Esperarás únicamente en el Dios del amor y de sus predilectos, las víctimas y los pequeños de este mundo, que no saben de dinero, ni razas, ni religiones.
Estos diez mandamientos se encierran en dos: Cualquier atentado o guerra se vuelve contra el hombre, único Dios visible;y jamás habrá paz duradera en este mundo sin el cultivo de la justicia.