Se morirán las tardes
detrás una de otra
y caerá sobre el mar
la violeta quietud
que troncha
las palabras,
Pasará aquel anciano
reclinado en su asno
sobre el trote de un tiempo
con arrugas de huida.
Volverá la penumbra
a acostarse en el valle,
y vendrán de la playa
los ecos de lo antiguo.
Y andándote el camino
del amor sin pisadas,
tu nostalgia se irá
añorando en las olas
aquel mirar silencios…
Se morirán las tardes
detrás una de otra.
(De Del mar y el peregrino,1972)






