TE BUSQUÉ DESOLADO Te busqué desolado en mi dolencia, niño enfermo que anhela solitario divisar en el mar algún corsario sobre el velero de su adolescencia. Perseguía en los libros tu querencia buscando el infinito en el diario mirar tras la ventana un campanario por repicar tu luz y tu presencia. Al cabo de los años he sabido que no debo buscarte, oh Dios, afuera ni forzar tu llegada o el encuentro que es detener un gozo perecido, pues siempre el Sol estuvo en mi ribera y en el Mar que me habita desde dentro. Pedro Miguel Lametby