Maranatha
Ven, Señor, Jesús. (Ap. 22, 20)
Porque atardece y llevo en el camino
este peso de barro, esta andadura
de tiempo y finitud con que nos dura
lo que intuyo y no sé, lo que adivino
en medio de la niebla o el cansino
sentirme solo en esta noche oscura
con nostalgia de estrellas y la pura
ausencia de tu Ser, amor divino,
te busco en la mirada de mi hermano
te digo ven, te llamo desde el río,
el viento, el mar, la lluvia y el abrazo
o en el dolor, el miedo, el desvarío,
donde sé que me llevas de la mano.
¡Ven ya, Jesús, y tenme en tu regazo!
Pedro Miguel Lamet






