Con el pálido color de tardes solitarias
ha venido a mi cuello el primer frío, enturbiando
el tendón de una sonrisa y aquel hielo polar
de allende los glaciares que dejara mi casa
transparente y perdida.
Ha pasado, cruzando la ventana, el más largo verano
de una vida. ¿Tanto calor caído en una tarde?
Agosto prematuro de Polonia, desierto de Madrid
Con humo en el asfalto y el horno humedecido
de las noches eternas en el trópico…
Entre otoños de oro la nieve me ha soplado
-ay tela de cretona y media luz de lámpara en la
celda de paso hacia la libertad.
Con el pálido tiemblo de tardes ya menudas
ha mordido en mi cuello el primer frío.
¿Existirá, Dios mío, el calor en tu abrazo?
Sólo soy la secuencia de un film entrecortado
a mitad de camino entre el fuego y la noche.
(De Volver a andar la calle, 1982)
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