Siempre hace buen tiempo

Humanismo contra la guerra

Un plano de «Lejos de los hombres»

Sobrio canto a la libertad y al pacifismo con intimismo europeo y estructura de western. En medio de la nada, una escuela. Este plano, primero y último, definen la película,  imagen desoladora de una bella historia que se desarrolla en una zona desértica del Atlas argelino durante 1954, fecha en que comienza la guerra con Francia por la descolonización de Argel, que duraría ocho años  con toda  suerte de atrocidades. El gran humanista y premio Nobel francés Albert Camus, hijo de argelina y colono galo, refleja este sinsentido en un hermoso relato corto titulado “El huésped”, que adapta libremente el cineasta David Oelhoffen en Lejos de los hombres (2014), su segunda película, realizada siete años después de Reencuentro (2007), con actores de renombre como el versátil e incalificable Viggo Mortensen y Reda Kateb  o Nick Cave.

Oelhoffen estira el cuento de Camus, ampliando su argumento a un viaje con cierta estructura de western,  manteniendo el contenido pacifista y el humanismo liberador del relato original  que sobrenada todo el film, pieza tan sencilla como arriesgada y minimalista.

Daru, ex combatiente nacido en Argel de ascendencia andaluza, incomprendido y desubicado, pues ni se siente aceptado francés por los franceses ni argelino por los argelinos, ha optado por trabajar como maestro en una escuela ubicada en una zona desértica, donde acuden niños de los pueblos cercanos, que también reciben de él raciones de grano para alimentar sus familias en tiempos de escasez. Su vida tranquila, casi monacal, dedicada, en lo que hoy llamaríamos un voluntariado, a levantar el nivel de vida de la desoladora región, se ve interrumpida por la llegada  a caballo del gendarme Balducci que lleva consigo al prisionero Mahomed, acusado de asesinar a su primo por cuestiones familiares.

El policía le encomienda la custodia del convicto y ordena que lo conduzca hasta Tinguit, ciudad donde debe ser juzgado por las autoridades francesas y seguramente ejecutado. El maestro se niega, pero ante la conminación de Balducci, tiene que quedarse con Mahomed, que no habla francés, con la única protección de un arma que el gendarme le deja en la escuela-vivienda. De este modo Daru experimenta la ruptura de su dorada soledad con la presencia del árabe a  quien la primera noche, aquejado de unas fiebres, se ve obligado a cuidar. El maestro, cuando los primos vengadores de Mahomed, atacan la escuela, decide volver a empuñar el arma y  acompañar al árabe hacia su destino.

El resto de la película es el viaje iniciático de ambos personajes por un paisaje rocoso y desértico –trasunto anímico de los mismos, con admirable fotografía orquestada por Guillaume Deffontaines-, donde, desde la incomunicación verbal, van evolucionando a una muda comprensión mutua –el convicto habla algo de francés- entreverado todo con episodios de persecución con sabor a western. El trasvase sobrio y la convivencia en el paisaje dramático bajo un sol abrasador, hambre, sed y vendavales, produce el acercamiento. Daru le revela a su acompañante que fue mayor en Italia durante la Segunda Guerra mundial y que, aunque argelino de nacimiento, no está de parte de ninguno de los dos combatientes en la actual guerra. Por su parte Mahomed confiesa que mató  a su primo porque robaba simientes imprescindibles para la subsistencia de la familia.

Dos seres desubicados, unidos en una aventura moral y una reflexión sobre la ambigüedad de motivaciones de la guerra. En fin, la película parece refrendar una de las frases más lapidarias del humanista Camus: “No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo”.

Film austero y de pocos actores, recuerda, salvando las distancias, películas como la reciente Mandarinas, con un “plus” de alma en las que hace falta una actitud de saboreo reposado del espectador. Aunque en este caso dado el esfuerzo de David Oelhoffen por no caer en el ternurismo, la contención narrativa y el entorno paisajístico requiera quizás aún mayor implicación del espectador. Adecuada la banda sonora firmada por Nick Cave y Warren Ellis, De escaso éxito taquillero en Francia, cuyo estreno coincidió además con la matanza de la revista Charlie Hebdo, tiene sin embargo una clara incidencia en la actualidad, por su idea de que la superación de culturas y religiones, se da cita y encuentro más  allá,  ese punto focal donde confluye nuestra común humanidad.

Lo mejor, la interpretación del políglota y rompedor Viggo Mortensen –como acaba de demostrar también en su reciente e incalificable Jauja-, que da vida creíble a este maestro idealista, entre desengañado y soñador, prototipo sugerente para un mundo de desencantos bélicos y políticos como el nuestro. El mismo Mortensen ha subrayado su admiración por Camus: “Debido a su honestidad, se ganó muchas enemistades. En el caso del personaje que interpreto en Lejos de los hombres, siento que hay una conexión autobiográfica con Camus. Este profesor humilde y solitario es lo que habría sido Camus de no haberse convertido en un escritor de éxito”.

Lejos de los hombres, aunque valorado en festivales, como con los premios Arca, Signis e Interfilm merecidos en Venecia, es un film que no es fácil de disfrutar por el gran público,  quizás por esa mezcla siempre contenida de intimismo existencialista y estructura de western, pero que hace honor al canto de libertad que refleja la obra de Albert Camus, quien se atrevió a decir: “No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar”.

Titular Original :      Loin des hommes. Producción Centre National de la Cinématographie (CNC), Canal+, Procirep, Pathé, One World Films, Ciné+, Backup Media, Cinémage 8, Indéfilms 2, Media Programme of the European Community, etc, Francia, 2014. Dirección y guion:      David Oelhoffen, adaptación libre del cuento de Albert Camus, “L’Hôte”. Fotografía:    Guillaume Deffontaines. Música Nick Cave y Warren Ellis. Distribuidora: Good films, Estreno: 2 Octubre  2015: Duración: 101 min. Intérpretes :Viggo Mortensen (Daru), Reda Kateb (Mohamed), Vincent Martin (Balducci), Nicolas Giraud (Teniente), Jean-Jérôme Esposito (Francis), Yann Goven (René), Antoine Laurent (Solado francés), Ángela Molina (Señorita Martínez)

 

 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmailby feather

1 thought on “Humanismo contra la guerra”

  1. Me ha gustado mucho la recomendación que hace de este
    film basado en un relato de Albert Camus, uno de mis escritores favoritos. Buscaré la ocasión de verlo en el canal francés, al que puedo acceder siempre, y que me ofrece muy buenos programas. Esas dos frases de Camus que usted nos ofrece en el artículo me llegaron muy dentro. Muchas gracias, por esta magnífica recomendación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.