Siempre hace buen tiempo

El sabor eterno del tiempo

Tiene algo de nostalgia despedir un año, aunque esto de las fechas sea una convención del calendario. Porque en realidad cada día, cda minuto, cada segundo estamos de despedida de algo: personas, paisajes, casas, vivencias, y en nuestro propio cuerpo vamos coleccionando cambios que atestiguan el paso del tiempo.

¿Por qué somos temporales? ¿No sería mucho mejor ser eternos? En realidad somos temporales y eternos a la vez, si despertamos a nuestra auténtica identidad. Y después de todo, ¿este sentirse temporal no es también fuente de gozo? ¿No hay un sabor a infinito en todo lo finito?

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ETERNIDAD SIN TIEMPO

Si al nacer me muriera de repente

y al morirme de pronto renaciera,

¿qué sería de la vida en primavera

sin el gozo de vivir finitamente?

 

¿Qué del agua que nace en la sorgente

y de ese mar que canta en la escollera

y del beso de amor y la palmera

y del niño que juega libremente?

 

La eternidad sin tiempo no sería

como un sol presentido entre la niebla,

ni sin misterio, la flor de la poesía.

 

Gracias a que me siento peregrino

que ríe, llora y anda en la tiniebla,

vislumbro al caminar que soy divino.

 

Pedro Miguel Lamet

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4 thoughts on “El sabor eterno del tiempo”

  1. No se imaginan el bien que nos hacen compartiendo tanta sabiduría a personas como yo que no llegamos a tanto. Pero como tenemos ansias de descubrir y nos lo brindan tan generosamente, y aunque mi intelecto no alcanza mucho, consigo con mi interés mi pequeña dosis de satisfacción. Gracias.

  2. ¡Muy bonito, Pedro!
    En tus sonetos trenzas lo finito y lo infinito. Para que sepamos que nadie se ha ido: ni los padres, ni la infancia, ni la ilusión de no quedarnos solos.
    Entre la primera y la última nota que pulsamos mientras vivimos nos parece que discurre una melodía que podría haber sido más hermosa. Intuimos que ser hijos del tiempo solo alcanza a ir desgranado algunos sonidos… que, en realidad, perviven en un profundo y perfecto acorde que no se extingue.

  3. La vida es ilusión.
    Hace dias pienso en ello.
    Es como esos juegos que armabamos de niños, llegado el momento todo se terminaba.
    Mis padres y algunos hermanos estuvieron conmigo pero se desvanecieron.
    No encuentro respuesta a ello.
    Solo abandonando mis pensamientos y en la confianza en Dios encuentro algo de luz.

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