Gallardón reconoce su admiración por el padre Llanos por comprender que el franquismo «no servía para una España justa»
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha mostrado este martes su «admiración» por la figura de José María Llanos, sacerdote jesuita que militó en el Partido Comunista de España, por comprender que el franquismo «no servía para construir una España justa».
Gallardón ha realizado estas declaraciones durante su intervención en la presentación del libro «Azul y Rojo. José María Llanos», una biografía del controvertido sacerdote firmada por Pedro Miguel Lamet y centrada en el viraje ideológico del padre Llanos, hijo de militar, que tras ser capellán falangista terminó militando en el PCE contribuyendo a la fundación del sindicato Comisiones Obreras.
«Pertenecía a la generación de los hijos de los vencedores de la Guerra Civil, pero comprendió que la victoria era un regalo envenenado, que no le servía para construir la España justa y auténtica por la que él luchó siempre, cuando estuvo en cada bando», ha afirmado el ministro de Justicia.
El padre Llanos nació en 1906 en el burgués barrio de Salamanca de Madrid, en el seno de una familia conservadora, y fue compañero de estudios de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Exiliado durante la II República por la expulsión de la Compañía de Jesús, conoció en Bélgica el fusilamiento de dos de sus hermanos en el Madrid de la Guerra Civil.
Cuando regresó a España se convirtió en capellán del Frente de Juventudes y llegó a impartir ejercicios espirituales al dictador Francisco Franco. En 1955 se trasladó a vivir al Pozo del Tío Raimundo, en el madrileño barrio de Vallecas, donde se hacinaban miles de personas procedentes de la emigración rural en un «mar de barro» tercermundista y plagado de chabolas.
«Quiso ser uno más entre sus hermanos los pobres», ha recordado Gallardón, desvelando que fue su padre, José María Ruiz-Gallardón, alumno del padre Llanos, quien trasladó al sacerdote por primera vez al Pozo del Tío Raimundo, un lugar de donde el actual ministro conserva anécdotas. «Allí me perdí durante siete horas cuando tenía cinco años una vez que acompañé a mis padres», ha confesado.
«RESONANCIA LEGENDARIA»
Gallardón ha descrito al «cura rojo», fallecido en 1992, como un «soñador, una personalidad singular, irrepetible y absolutamente paradójica» cuyo nombre, en opinión del ministro, «debe tener una resonancia legendaria» porque supone «el recuerdo orgulloso de cómo se construyó de abajo a arriba», junto al movimiento vecinal, «una auténtica sociedad en Madrid».
En la presentación del libro, celebrada en la sede de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, también ha contado con la participación de Francisca Sauquillo, antigua eurodiputada del PSOE y hermana del abogado Francisco Javier Sauquillo, asesinado en la matanza de Atocha de 1977. «La historia del padre Llanos es la historia española del siglo XX», en palabras de Sauquillo, que ha descrito al sacerdote, con el que trabajó en los último años del franquismo, «como una persona frágil pero valiente, creativo y con carácter de líder».
Esta pionera del movimiento vecinal también ha destacado «el internacionalismo» de Llanos, que era químico y prolífico escritor, recordando como izaba banderas de todo el mundo en la parroquia vallecana. «Una vez vino la Guardia Civil y se llevó la de la URSS», ha añadido el autor del libro, Pedro Miguel Lamet, que resume en una anécdota la dicotomía vital del padre Llanos. «El día de su entierro, había tantos sacerdotes como comunistas. Mientras unos rezaban el rosario, otros cantaban ‘La Internacional'», ha recordado el biógrafo.
RELIGION DIGITAL
Pedro M. Lamet: “Era un hombre difícil, pero también un ciudadano del mundo”
Gallardón: “Llanos trató de buscar un camino propio, independiente, irrepetible”
El ministro de Justicia presentó en Comillas “Azul y Rojo”, la biografía del padre Llanos (La Esfera)
«Lo más importante de Llanos, más allá de su compromiso político, era su amor por el Evangelio», concluyó Lamet
(Jesús Bastante).- «¿Cómo es posible pasar de un saludo fascista a la romana, a levantar el puño en un mitin comunista?» El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, hizo esta pregunta ante el centenar de personas que acudieron a la presentación de «Azul y rojo», la biografía del Padre Llanos escrita por Pedro Miguel Lamet (La Esfera) y que tuvo lugar en la Universidad Pontificia Comillas.
«Él comprendió que la victoria de un bando en la Guerra Civil en realidad era un dardo envenenado«, afirmó, a modo de respuesta, el ministro. «Eso no le servía para poder construir una España nueva, por la que él luchó cuando estaba en la zona azul, y en la zona roja, como lo hicieron muchos, entre ellos mi padre». Los «hijos de los vencedores», que desde mediados de los 50, comenzaron una «actitud de rebeldía» sin la cual tal vez no entenderíamos la Transición.
El ministro habló de la línea divisoria entre los dos colores del padre Llanos, el 24 de septiembre de 1955. «Mi padre llevó al padre Llanos al Pozo del Tío Raimundo. Ese día, se reza un Te Deum y a la mañana siguiente el padre Llanos ya está irremisiblemente al otro lado, al otro lado de un mundo de desigualdades pero también de sí mismo».
«Él trató de buscar un camino propio, que le llevó a construir un personaje singular, independiente irrepetible, y que es capaz de suscitar, después de tantos años, el entusiasmo, el interés, de tantas personas», apuntó Gallardón, quien destacó que el libro plantea «muchas preguntas» para desvelar «la personalidad enigmática del padre Llanos».
«José María de Llanos se lanzó al lado contrario. Hace un cambio radical, que se produjo también en una misma generación», afirmó Gallardón y que posibilitó que en 1975, se planteara la posibilidad de una solución democrática. «Su conversión fue admirable, porque quiso ser uno entre mis hermanos de los pobres». Llanos, en su opinión, «se identificó en el Pozo con la gente» como parte más de ese proceso de convergencia entre lo personal y lo social.
Sobre el libro, «no se arrepentirán de leerlo», Gallardón señaló que nos muestra «una época apasionante en lo religioso, en lo político», y recalcó que «una personalidad como la del padre Llanos, hubiera militando donde hubiera militado, hubiera desempeñado un gran papel público». Hoy, Llanos, «se hubiera visto muy esperanzado si hubiera visto en la silla de Pedro a un hombre sencillo, amante de los pobres, que es el Papa Francisco. Porque el padre Llanos nos dejó a todos un sentimiento de esperanza».
Fue un acto muy familiar, con muchos amigos y antiguos colaboradores de José María de Llanos. Con risas, recuerdos y esperanzas. La Universidad Pontificia Comillas acogió la presentación de «Azul y Rojo. José María de Llanos», la biografía del famoso jesuita, escrito por otro jesuita, Pedro Miguel Lamet, y publicada por La Esfera.
Rector: Un libro apasionante
El acto fue abierto por Juio L. Martínez, sj, rector de Comillas, quien afirmó que «me ha apasionado leer este libro», y agradeció a Lamet haberlo escrito, y presentado en este centro. «Para la universidad es un orgullo un acto así» de un jesuita como Díez Alegría -a quien también biografió Lamet-, «sin papeles», y «sin colores», aunque fuera oscilando entre el azul -fue confesor de Franco- y el rojo -acabó afiliado a Comisiones Obreras y confesando a La Pasionaria-.
Ymelda Navajo, directora de La Esfera, recalcó que Pedro Miguel Lamet «es un autor muy querido, un excelente ensayista y periodista», que supo reflejar todas las facetas de Llanos, «un personaje poliédrico». En Azul y Rojo el autor «deshace tópicos y nos permite conocer la auténtica vida del sacerdote, y darnos a conocer el franquismo y la transición».
«Es un libro apasionante, la vida de un luchador», añadió la editora, quien recalcó que «el padre Llanos fue ante todo un poeta un señor».
Paca Saquillo: «La vida de Llanos es la historia de España»
Por su lado, Paca Sauquillo, del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, recordó a la gente que venía del Pozo, de Valderrama, a los amigos y colaboradores de Llanos. «Podríais hablar mejor que yo de la figura del padre Llanos», bromeó. Sauquillo recordó los primeros años de Llanos en Palomeras Altas y El Pozo, e insistió en que su figura «no te deja impasible. Es un personaje frágil pero con un gran carácter de líder, valiente y creativo«.
Sauquillo rememoró la creación de Comisiones Obreras en la iglesia del padre Llanos en El Pozo, de su lucha con los vecinos -«ni los vecinos se convertían a sus ideas, ni él lo intentaba, porque allí había que ser tolerante y vivir, y ayudarles a vivir»- y los primeros actos públicos del Partido Comunista. «Fue allí donde él apareció, en el mitin, donde levantó el puño, y a partir de ahí se plantea una entrega a lo más revolucionario», apuntó Sauquillo.
«Se hizo muy amigo de Carrillo, de La Pasionaria y de Carmen Díaz de Rivera, y empieza a tener unas ideas de entrega a los demás a través de la política». La vida de Llanos «es la historia de España, que pasaron del bando azul a la lucha. Su figura es una de las grandes de la historia reciente de España», concluyó.
Lamet: «Un hombre paradójico, complejo»
Finalmente, Pedro Miguel Lamet arrancó su intervención agradeciendo a los asistentes su presencia, y sus palabras «tan cordiales hacia la figura de Llanos». Tras dos años de trabajo, «el libro está ahí, tiene vida propia». ¿Por qué este libro? Por su carácter, y por su genio, y por las «izadas de bandera» que hacía en la parroquia, con sus himnos. «En algún momento, el Gobierno de Franco le llegó a pedir alguna cuando venía algún mandatario, tal era la ONU del padre Llanos». Y es que el jesuita «fue un ciudadano del mundo».
«Era un hombre difícil, inaguantable, pero genial. Díaz Alegría decía que Llanos era la vesícula biliar del Cuerpo Místico, la etapa azul y rosa de Picasso», bromeó Lamet, quien destacó su personalidad y fuerza «tremendas».
«La parte azul es la más desconocida que la roja», señaló el autor, quien destacó que «fue un hombre paradójico, complejo». «Llanos era más que un puño, una vida», apuntó, señalando que, en aquella época, ni los grises, ni los obispos, ni el provincial de la Compañía se metían con él. «Franco tenía una lista de los intocables, y entre ellos estaba Llanos», añadió el periodista, quien concluyó recordando una escena del funeral. «El padre Elías Royón rezaba el Rosario, y los comunistas cantaban La Internacional».
«Lo más importante de Llanos, más allá de su compromiso político, era su amor por el Evangelio«, concluyó Lamet, quien apuntó que en una sociedad como la de hoy, «donde no abundan los profetas, figuras como la de Llanos es, por encima de creencias e ideologías, es un aldabonazo a nuestras conciencias»
• Mi opinión se vasa en que creo que habiéndome leído toda la bibliografía de la pasionaria, no me cuadra la dejada caer de forma sutil la confesada Ibarruri por el padre llanos, decir que el padre llanos y la pasionaria se llevaban muy bien, tuve el honor en los primeros años de la transición (fiesta del PCE) de servirles de comer a un grupo de políticos de la Izquierda y entre ellos estaba Pasionaria y Llanos con una discusiones apasionadas y muy respetuosa pero cada uno de ellos y desde unos postulados muy comunes pero diferentes, si bien en lo concerniente a las clases humildes y la salida política del sistema no diferían en absoluta, pero de ahí a dejar entrevés un éxito de la política de Redención política practicada por la Iglesia Católica y Falange en las cárceles franquistas tiempos de la posguerra me parece algo caduco y rancio, bueno que nos vamos a escandalizar esa ha sido la política de siempre de la Iglesia.
El libro en general muy bien salvo las perlas.
viernes 31 mayo 2013, 12:25
Estimado Antonio:
El hecho de que la Pasionaria, más allá de sus postulados políticos -ella era estalinista y difería también del eurocomunismo de Carrillo- murió católica está documentado en mi libro con una carta de Dolores al P.Llanos el día de Reyes del mismo año que murió, y con testimonios directos. Más allá también de lo que ambos pensaran sobre la Iglesia como institución, el hecho incontestable, guste o no, es que esta singular mujer confesó y comulgó dentro de la Iglesia católica.