SI MAÑANA PREGUNTAS
Se fue haciendo silencio
en la inane presencia de lo inútil.
Se fue haciendo amistad
con el pez que no sabe si es él
o sólo parte
de un mar que canta dentro.
Se fue la vida en vidas
como pidiendo muerte,
y está transido el aire
de un verde luminoso, cristal de la distancia.
Vuelvo al seno de todo,
me inundo de mi mismo
como trozo del Uno que me vuelve
ligero,
gota en gota de agua, grano en grano de arena,
soledad habitada del abismo sin nombre,
donde el sol nos reside
y se hunde en el túnel que hiende lo inefable
vida azul de la célula.
Ya es hora de partir
mas no me voy;
me lleva el Mar a cuestas
y con él el abrazo que nunca me abandona.
Si mañana preguntas por el nombre,
que el viento te replique:
Aquel es, el que ignora si es él.
Estuvo en esta orilla recostado,
paseó por la playa su recuerdo
y abrazó su ser nadie
por ser inmensamente.
Habré entonces pasado.
Al calor de la playa
este mar, de música y de verso,
continuará su charla saltando en la escollera
regalará a la arena su nácar caracola,
hará vivo lo muerto.
Ya me habré diluido
igual que un marinero que fuera a pescar perlas
en una isla azul.
Pero si soltarais amarras
y de pronto remárias
mar adentro
más de aquel malva
y el romper de las olas
donde el horizonte
funde el azul y el azul
encontraréis un rastro,
o quizás una estela
de espuma.,
sólo eso.
Exclamaréis entonces:
He ahí uno que amó.
He ahí uno que ha sido.
Pedro Miguel Lamet






