Queridos amigos y seguidores: Cuando brillan tantas luces de fulgor comercial y el olvido de la Navidad auténtica en nuestra sociedad de consumo, os envío un abrazo desde la fragilidad de Belén y os felicito a todos de corazón con este soneto:
DEVUÉLVEME A MI NIÑO Con el paso que pesa de la vida me he ido haciendo un adulto irreparable, silenciando en mi ser que algo me hable de esa palabra secreta más querida, esa tu voz que sin saberlo anida en lo hondo de mí, tan insondable, que entre tanta hojarasca desechable he dejado en la sombra preterida. Para nacer contigo y tu mirada devuélveme a ese Niño que se ha ido, acércame a Belén y su alegría y hazme sitio en tu cueva, despojada de vanidad y orgullo endurecido, para escuchar la nana de María. Pedro Miguel Lamet, SJby