Si estás perdido en ese desconcierto
de no saber a dónde va el camino
y esta vida te lleva al desatino
de andar sin rumbo solo en un desierto;
si a veces añoras retornar al huerto
y sentarte a la sombra de aquel pino
para mirar al sol dormirse en el divino
regazo de la mar igual que un muerto,
cierra los ojos, respira en este instante
lo que detrás de tu ser te configura,
piérdete así del todo en ese encuentro
que habita tras la forma y la figura,
y descansa tu alma como amante
en el beso de amor que eres por dentro.
Pedro Miguel Lamet
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