Pasa la vida ante nosotros y nos limitamos a ver, que no es lo mismo que mirar. O quizás leamos, curiosos, el anuncio con atención en este mundo dominado por el imperio de la publicidad. Estamos en la ciudad de Portimao, al sur de Portugal. El cartel anima a los viandantes: “¡Más deporte para todos!”. ¿Para todos?
La cámara ha capturado a esta mujer del pueblo, por la vestimenta anclada en el pasado, que acaba de pasar junto al anuncio. Va corriendo para hacer quizás su exigua compra de chicha y nabo para poblar un exiguo puchero para los suyos.
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