Siempre hace buen tiempo

Monthly Archives: agosto 2018

Mi niño olvidado

Las noticias de niños abandonados sobre todo entre los refugiados e inmigrantes se multiplican ¿Podríamos recuperar en nosotros esa paz y quietud de la infancia? El breve salmo 130 parece revelarnos el secreto:

La primera causa de nuestra turbación y de lo que nos hace infelices procede de nuestros deseos. Si nos sentimos amenazados es porque tememos que nos quiten lo que tenemos o que no podamos alcanzar lo que deseamos. Hoy nos mata la ambición, la mirada altanera de un personaje que nos hemos creado mentalmente para sentirnos superiores y pisar fuerte por la vida. Funcionamos a golpe de impactos televisivos y publicitarios, escalones de consumo, que configuran desde fuera nuestra falsa identidad.

Señor, mi corazón no es ambicioso,

ni mis ojos altaneros;

no pretendo grandezas

que superan mi capacidad;

sino que acallo y modero mis deseos,

como un niño en brazos de su madre.

Espere Israel en el Señor

ahora y por siempre.

p

Pero la clave está en el niño que hay dentro de nosotros. Salimos bien de fábrica. Estábamos conectados con la verdad, como este delicioso bebé. Crecimos y nos fuimos elaborando una serie de capas sobre el núcleo de nuestra verdadera identidad. El niño se quedó progresivamente ahogado por una hojarasca de falsos “yoes” elaborados por la mente.

Jesús toca esa esencia del ser cuando pide que regresemos al niño para entrar en la dimensión nueva de su reinado. Cuando no tengo, tengo; cuando no soy, soy, cuando me pierdo. encuentro. “¿Nacer de nuevo?”, pregunta asombrado Nicodemo. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu espíritu es.”

Cierra los ojos y descansa acunado por unos brazos invisibles. ”Nada te turbe, nada te espante”. Hay algo dentro de ti que espera y está bien. Vuelve al menos un instante a ese niño olvidado que nunca dejaste de ser.

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