La foto es como un símbolo. La familia, durante su visita a la vieja ciudad de Alcalá de Henares, cuna de don Miguel de Cervantes Saavedra, hace un alto junto al monumento dedicado a sus inmortales personajes don Quijote y Sancho, situados a pie de calle Mayor, donde parecen departir sentados en un banco, frente a la casa reconstruida del escritor.
Pero, no se sabe por qué, mientras devoran patatas fritas, desde el abuelo al pequeñín la familia parece más interesada en la figura de S
ancho que en la del Caballero de la Triste Figura.
Mientras, hemos aparcado al soñador, al desfacedor de entuertos y caballero andante que todos llevamos dentro, y hemos borrado de las mente los grandes ideales de vida, las imposibles Dulcineas y la liberación de tanto menesteroso y oprimido.